IRENE SANZ

Lo mejor que puedo decirte acaba en esta pared llena de grietas y de helechos. Un lugar oscuro y húmedo convertido en cascada sostenida por el aire. Convertido en ramas caedizas sobre la tierra. Una piel de pata de gaviota hundida en el barro. Un cinco de julio sentada en este charco de balcón.
BALCÓN
EL CUERPO FRAGMENTADO
Podría ser cualquier casa,
cualquiera,
una casa cualquiera.
Escaleras, puertas, ladrillos amontonados.
Es siempre lo mismo:
paredes, mesas,
paredes, mesas,
un círculo de pasos,
un movimiento de cuerpos
como voces lejanas
que se arrastran.
[Silencio]
Hay un jardín hermoso
como un fuego,
un fuego selvático.
Allí, donde estuvimos,
queda un rastro de luz flotando en el aire
como un despojo
la parte volátil de un núcleo
agrietado,
vacío.
La milimétrica procesión de los insectos.









